En Cancún también existen buenos taxistas



No me queda, no tengo cambio o simplemente verlos pasar de largo son situaciones que vivimos día a día con los taxistas de Cancún, y al parecer, los malos ratos y el mal servicio es lo que abunda, por ello creo que en ese mar de lamentaciones vale la pena destacar a los buenos elementos, esos que contrastan con el resto, como el caso del taxi 3255.

El chofer de dicho taxi se detiene en la Región 77, baja algo acalorado de su vehículo y pide una orden de tres tacos de canasta por 30 pesos. “Es la hora de la comida”, expresa. Mientras come su alimento, otros comensales le preguntan: ¿por qué ustedes los taxistas se dan el lujo de elegir a su pasaje?

- Algunos lo hacen, yo por mi parte, no soy así, responde.

El joven taxista del auto 3255 empezó a enlistar una serie de situaciones y explicó en cada una, cómo es que él las resuelve. Por ejemplo, cuando se sube un usuario y le da la dirección adonde tiene que llevarlo, pasados unos minutos le pregunta si pagará con algún billete de alta denominación para poder cambiarlo en el trayecto a su destino.

Otras de las principales quejas que ha escuchado en su vida como taxista, es que si la distancia es larga, muchos de sus compañeros se rehúsan a realizar el viaje. “No veo –dice- por qué, si es una tirada lejana, fácil, en lugar de regresar al punto de partida, busco una zona cercana donde sé hay posibles clientes”.

Mientras daba una mordida a otros de sus tacos, remató con lo que él considera una de las cosas más importantes en su labor: el taxi es un servicio privado, por eso cuando un usuario aborda su vehículo, lo primero que pregunta al cerrarse la puerta es si a su cliente le molesta si hace parada para subir a alguien más; si es así, es suficiente para que no se detenga ante “la parada” de otra persona.

¿Es tan difícil dar un servicio de calidad?


De acuerdo con la Secretaría de Trabajo, del Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo recibe al día 30 quejas en promedio, es decir, cada 48 minutos, un usuario es víctima de un maltrato por parte de algún chofer de taxi. Por eso, a pesar de las prisas, hay quienes prefieren usar el camión. Ahí por lo menos no vas sólo y si pasa algo, hay la ligera esperanza de que los demás usuarios se unan a ti.

No cabe duda que son pocos los taxistas que dan un buen servicio, esos que aún comprenden que los usuarios somos la fuente de sus ingresos, que saben que al atender bien a su pasaje les asegura, incluso, una buena conversación que los mantenga despiertos cuando trabajan de madrugada.

Así que si tiene que usar el servicio de algún taxista en los días venideros, esperemos que le toque un buen chofer, o por qué no, que pueda disfrutar de los servicios del taxi 3255.

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