Albercas de barro: viralidad con creatividad y resiliencia

Por Oskar Mijangos

En un mundo saturado de contenido viral, hay un fenómeno que ha captado la atención de millones: los videos de niños y también adultos construyendo albercas de barro. Aunque a simple vista puede parecer una simple curiosidad o una ocurrencia más de la era digital, lo cierto es que estos videos ofrecen algo mucho más profundo que nos conecta a nivel emocional, y esa es la clave de su masiva viralidad.

En muchas comunidades rurales, los niños que protagonizan estos videos están demostrando una creatividad impresionante y una resiliencia que deja sin palabras. En lugar de quejarse por la falta de recursos o de acceso a las comodidades modernas, estos pequeños se embarcan en proyectos que parecen sacados de un cuento de aventuras, pero con una lección invaluable: la capacidad de reinventarse con lo que se tiene.

Lo primero que atrae es la inocencia de los protagonistas. Ver a niños jugando, creando con sus propias manos, enfrentándose al barro y al agua, genera una conexión genuina con el espectador. En un mundo donde la perfección visual es un estándar casi inalcanzable, estos videos nos recuerdan que la belleza y la magia pueden surgir de lo más simple, de lo que está al alcance de todos. Al verlos, experimentamos un renacer de nuestra propia creatividad infantil, esa que nos invitaba a inventar mundos y hacer del barro nuestra primera obra maestra.

Pero no es sólo la creatividad lo que explica su viralidad, sino también la sensación de resiliencia. En un momento de incertidumbre global, donde las noticias sobre crisis climáticas y la desigualdad abundan, los videos de estos niños se convierten en una muestra de esperanza. Nos demuestran que, incluso cuando los recursos son limitados, la imaginación y el trabajo en equipo pueden transformar cualquier adversidad en una oportunidad para aprender, para compartir, para disfrutar.

Además, el fenómeno se ve alimentado por la curiosidad y el asombro que genera el proceso de construcción. Muchos de estos videos documentan cómo, con herramientas rudimentarias y sin ayuda profesional, los niños logran construir albercas de barro impresionantes. Este tipo de contenido invita a la reflexión sobre las maravillas que se pueden lograr cuando se rompe con el modelo de consumo masivo de tecnología y se regresa a lo básico: la creación a mano.

Es imposible negar que los videos de los niños, ahora replicados también por adultos, que construyen albercas de barro tocan algo más profundo dentro de nosotros. Nos invitan a valorar lo que tenemos, a ser más creativos con los recursos disponibles, a celebrar la inocencia y la resiliencia. En tiempos donde todo parece tan complicado, estos niños nos enseñan que la magia está en lo simple, en lo auténtico, y en la capacidad de hacer grandes cosas con muy poco.

Así, de manera casi natural, estos videos siguen siendo compartidos y comentados por millones de personas alrededor del mundo, no sólo por el asombro que generan, sino porque nos tocan el corazón, recordándonos que la belleza de la vida, a veces, está en los detalles más pequeños y en las acciones más humildes.

Oskar Mijangos, CEO de MX Vive, comunicador apasionado con más de 15 años de experiencia

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