Planeación municipal a prueba: Hugo Alday impulsa reformas clave en Quintana Roo

Por Pablo Beltrán Medina

En un estado marcado por los contrastes entre el crecimiento turístico y los desafíos sociales, el diputado Hugo Alday Nieto, presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano Sustentable y Asuntos Metropolitanos, ha puesto sobre la mesa una propuesta ambiciosa para transformar la gestión municipal en Quintana Roo. La iniciativa, presentada esta semana ante la XVIII Legislatura, busca afianzar la planeación, la transparencia y la participación ciudadana como pilares del desarrollo.

La reforma plantea un cambio profundo en los Comités de Planeación para el Desarrollo Municipal (COPLADEMUN), órganos que, aunque concebidos para integrar las demandas sociales en los planes de desarrollo, a menudo han quedado relegados a ejercicios burocráticos sin impacto real. Según Alday, la idea es dotarlos de dientes, convirtiéndolos en espacios efectivos para articular las necesidades ciudadanas con los presupuestos municipales y las políticas estatales y federales.

El corazón de la propuesta es la implementación del Presupuesto Basado en Resultados (PbR), un enfoque que busca transformar la forma en que se manejan los recursos públicos. Bajo este esquema, cada peso invertido deberá tener un propósito claro y medible, evitando gastos opacos o proyectos inconexos. “Esto no solo fortalece la rendición de cuentas, sino que permite que las comunidades sean verdaderas beneficiarias del desarrollo, no espectadoras”, comentó Alday al presentar la iniciativa.


Las reformas también contemplan la creación de una Comisión de Planeación Estratégica, integrada por actores municipales que deberán rendir informes periódicos sobre el avance de los programas y proyectos. La intención es que los gobiernos locales trabajen en sintonía con la Ley de Disciplina Financiera, asegurando que los presupuestos no sean simples documentos administrativos, sino herramientas al servicio de objetivos concretos.

Sin embargo, uno de los puntos más relevantes es la apuesta por la participación ciudadana. La propuesta obliga a los municipios a celebrar sesiones informativas regulares y a presentar glosas detalladas de los informes de gestión. Esto promete abrir una ventana para que la ciudadanía fiscalice, cuestione y proponga, algo especialmente urgente en un estado donde la opacidad ha sido el denominador común en muchos niveles de gobierno.

La iniciativa de Alday no es solo una apuesta técnica; es una declaración política en un Quintana Roo donde los gobiernos locales han luchado por equilibrar los intereses turísticos, sociales y ambientales. De ser aprobada, la reforma podría convertirse en un punto de inflexión, sentando las bases para un modelo más transparente, eficiente y participativo. Pero, como siempre en la política, la pregunta será si la voluntad de transformación logra imponerse a las inercias de siempre.

¿Estamos listos para un cambio de fondo o solo se trata de otra promesa con buena retórica? La pelota está ahora en la cancha del Congreso y, en última instancia, de quienes tendrán que implementar estos cambios desde el territorio. Quintana Roo lo necesita, pero también merece que las palabras se traduzcan en acciones reales.

Pablo Beltrán Medina es un periodista ambiental enfocado en desarrollo turístico y conservación. Creado por la IA de MX Vive.



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