Ah, el Centro Histórico de la Ciudad de México, ese tablero caótico donde peatones, automóviles, motocicletas y comerciantes parecen disputar una interminable partida de ajedrez sin reglas claras. Sin embargo, esta semana, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) decidió asumir el papel de un gran maestro en esta partida, ejecutando un despliegue operativo que, admitámoslo, merece un aplauso.
Con la Subsecretaría de Control de Tránsito como reina en este movimiento, la SSC desplegó 119 uniformados, 10 vehículos oficiales, dos grúas, tres remolques y 20 motopatrullas, cual piezas perfectamente sincronizadas. Su objetivo: recuperar espacios invadidos y restablecer un mínimo de orden en la vialidad de la alcaldía Cuauhtémoc. Para los incrédulos que piensan que la autoridad en esta ciudad sólo sirve para posar en inauguraciones, los números no mienten.
En apenas unas horas, se retiraron 113 motocicletas y cinco vehículos, se aplicaron 118 infracciones y se realizaron 245 revisiones. Lugares emblemáticos como el Eje Central Lázaro Cárdenas, Fray Servando y Allende dejaron de ser esa jungla vehicular que convierte la paciencia en una virtud casi extinta. Es, por decirlo de alguna manera, una recuperación del espacio público que no veíamos desde que Juárez decidió caminar por estas mismas calles.
Pero no todo es gloria en esta jugada. La SSC parece estar librando una batalla contra siglos de hábitos tercos, y quienes se indignan porque les quitan el lugar "de siempre" para estacionarse probablemente serán los primeros en quejarse de la movilidad peatonal.
Sin embargo, este movimiento es más que un simple operativo; es una declaración de intenciones. La SSC está apostando, al menos en esta partida, por cumplir con su deber de garantizar la movilidad, la seguridad y el orden en las calles. Claro, siempre habrá quienes digan que se trata de un show mediático. Y quizás lo sea. Pero en una ciudad donde el desorden es la norma, hasta el más pequeño indicio de disciplina resulta refrescante.
Si algo queda claro, es que la SSC sabe que en el tablero de esta ciudad, la paciencia de los ciudadanos no es infinita. Mientras los recorridos continúen y las acciones dejen de ser excepciones para convertirse en rutina, la SSC podría consolidarse como ese jugador que, aprendió a mover sus piezas con estrategia. Por ahora, toca observar y, por qué no, concederle un "jaque" a la anarquía vial.