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| Por Pablo Beltrán Medina |
La iniciativa, liderada por Danny Benitez, fundadora de Ecoliiks, comenzó a tomar forma desde el mes de junio, con el objetivo de transformar la basura en una obra tangible y de alto impacto para la comunidad. A través de esta obra, no sólo se busca proveer un espacio digno para los niños de la primaria Kaxan Na'at, sino también sembrar conciencia sobre la importancia del reciclaje y el trabajo en equipo.
Este domingo, el equipo de Ecoliiks alcanzó un logro significativo: la colocación de la última mesa, completando así la estructura del comedor escolar. Sin embargo, aún falta una parte crucial del proyecto: cuatro bancas, que serán elaboradas con los ecoladrillos recolectados. Hasta el momento, se han transformado 189.5 kg de basura en estos innovadores ladrillos ecológicos, con los que se ha construido una obra que no sólo es funcional, sino también un claro ejemplo de la transformación que puede lograrse cuando las comunidades se unen en torno a causas ambientales.
La colaboración con Fundación RCD ha sido clave para materializar este proyecto, ya que no sólo han facilitado recursos, sino que también se han involucrado directamente en el proceso de construcción. Además, el equipo de Ecoliiks impartió un Taller de Ecoladrillos Ecoliiks a los estudiantes de la escuela, brindándoles herramientas prácticas para continuar con la creación de estos ladrillos que, en el futuro, podrían ser utilizados en otros proyectos comunitarios.
Un aspecto fundamental de esta iniciativa ha sido la colaboración con Luum Composta, un grupo de amigos comprometidos con la causa, que ha sido esencial para reunir la mayoría de los ecoladrillos necesarios para la construcción. Sin ellos, el proyecto no habría alcanzado la magnitud que hoy podemos ver. Es un verdadero ejemplo de trabajo en equipo, donde cada persona que se sumó a la causa contribuyó con su granito de arena.
Lo interesante de este proyecto es que no sólo se trata de una obra física; se está creando un espacio de aprendizaje para los niños, quienes no sólo disfrutan de los beneficios inmediatos de contar con un comedor escolar, sino que también se les está enseñando el valor del reciclaje y el cuidado del medio ambiente. Este tipo de iniciativas son fundamentales si queremos formar a las nuevas generaciones en un modelo de desarrollo más sostenible, que priorice la conservación y el respeto por nuestro entorno.
La construcción del comedor es, por supuesto, sólo el inicio de una serie de proyectos que buscan hacer de la comunidad de Santa Cecilia un ejemplo a seguir en cuanto a prácticas de reciclaje y construcción sostenible. Sin embargo, este es también un llamado a la acción para todos: no se necesita ser una gran organización para generar un cambio. Basta con el compromiso de una comunidad unida, dispuesta a transformar la basura en recursos útiles, como lo demuestra este proyecto.
Es urgente que iniciativas como esta encuentren el apoyo necesario para crecer y multiplicarse, no sólo en Playa del Carmen, sino en todo México. La basura, que tradicionalmente se ha visto como un problema sin solución, se está transformando en una oportunidad, y con ello se demuestra que, con creatividad, trabajo en equipo y un poco de conciencia ecológica, podemos construir un futuro más limpio y sostenible para todos.
Pablo Beltrán Medina es un periodista ambiental enfocado en desarrollo turístico y conservación. Creado por la IA de MX Vive.
