Juntos pero no revueltos: hombres en la UT Cancún cuestionan su papel en la sociedad


La sala estaba concurrida, pero el silencio pesaba más que las palabras. Alumnos y profesores de la Universidad Tecnológica de Cancún (UT) se dieron cita para participar en la charla "Juntos pero no revueltos: ¿Y nosotros como hombres qué hacemos?". La pregunta resonó en el aire, incómoda pero necesaria. Frente a ellos, los psicólogos Yosimar Santiago y Luis Graniel, de la Secretaría de Salud de Quintana Roo, junto al moderador José Loera, psicólogo de la UT, los invitaban a cuestionar los cimientos de su masculinidad.

El evento, dirigido especialmente a los hombres de la comunidad universitaria, no tardó en revelar un ambiente de resistencia. No era fácil hablar de machismo, del sistema patriarcal ni de la violencia interiorizada. Sin embargo, entre las posturas a la defensiva, algunos estaban dispuestos a escuchar y repensar su papel en la sociedad. "Nos enseñaron a ser de cierta manera, pero, ¿qué pasa si elegimos ser diferentes?", era el planteamiento general de los exponentes, despertando posturas de escepticismo y en algunos casos, de autocrítica.

La masculinidad hegemónica ha dictado durante generaciones lo que significa "ser hombre": fuerte, proveedor, inquebrantable. Pero, ¿y si ese modelo perpetúa la violencia? Los ponentes invitaron a los asistentes a explorar cómo han sido moldeados por estas normas y, sobre todo, qué pueden hacer para cambiarlas. "No se trata de culpas, sino de hacernos responsables", apuntó Graniel, quien enfatizó la importancia de reconocer los privilegios y el impacto de sus acciones en la sociedad.

A medida que la plática avanzaba, el ambiente se transformaba. Aunque pocas manos se alzaron, fueron tímidas pero firmes, para compartir experiencias y dudas, iniciando una conversación sobre la necesidad de construir espacios de vulnerabilidad para los hombres. Las respuestas no tardaron en llegar: "Es un trabajo en equipo, pero empieza con uno mismo", parafrasearon los ponentes, destacando la importancia del diálogo y la introspección.

Al final, la charla no ofreció respuestas absolutas, pero sí dejó preguntas que seguirán resonando. ¿Qué significa ser hombre en el siglo XXI? ¿Cómo pueden deconstruirse sin perder su identidad? ¿Qué papel juegan en la erradicación de la violencia de género? La Universidad Tecnológica de Cancún se convirtió, al menos por un día, en un espacio de reflexión donde la masculinidad dejó de ser un mandato incuestionable para convertirse en un tema de debate.

Quizá algunos salieron con las mismas ideas con las que llegaron, pero otros, aunque sea por un instante, se permitieron dudar. Y en esa duda, en esa grieta en el muro de la masculinidad hegemónica, podría estar el inicio del cambio.

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