Estados Unidos cumplió la amenaza y el gobierno de Claudia Sheinbaum no tardó en responder. A partir del próximo domingo, México aplicará “medidas arancelarias y no arancelarias” tras la imposición de tarifas del 25% a sus productos por parte de Donald Trump. En su conferencia matutina de este martes, la presidenta mexicana fue tajante: “Nadie gana con esta decisión”, afirmó. “No hay motivo que dé razón a estas acciones”, reclamó, mientras reiteraba su intención de buscar una salida negociada con Washington. Aun así, la mandataria dejó claro que México no se quedará de brazos cruzados y llamó a cerrar filas frente a lo que considera una medida injustificada.
Sheinbaum también lanzó una convocatoria a la movilización. En un gesto que recuerda estrategias políticas de otros momentos históricos, la presidenta pidió a la ciudadanía salir a las calles y reunirse en el Zócalo para mostrar unidad frente a la embestida comercial del republicano. En paralelo, anunció que esta misma semana sostendrá una llamada con Trump, probablemente el jueves, en un intento por frenar la escalada de tensiones.
La presidenta mexicana lamentó la postura unilateral de Washington, sobre todo después de los esfuerzos de su administración para contener el tráfico de fentanilo y mejorar la cooperación bilateral en seguridad y comercio. “Se desarrollaron acciones contundentes contra la delincuencia organizada y reuniones de alto nivel, pero la Casa Blanca decidió ignorarlas”, señaló. El comunicado oficial del gobierno mexicano tacha la decisión de Trump como “ofensiva, difamatoria y sin sustento” y subraya que los aranceles violan los acuerdos comerciales vigentes.
El golpe económico para México es innegable. Con el 80% de sus exportaciones destinadas a Estados Unidos, el país se enfrenta a un reto sin precedentes. La mandataria recordó que industrias clave, como la automotriz, dependen de cadenas de producción que cruzan la frontera varias veces antes de llegar al consumidor final. “Lo que se produce aquí, les va a costar a Estados Unidos un 25% más”, advirtió, resaltando que la medida afectará tanto a mexicanos como a estadounidenses. Los mercados no tardaron en reaccionar: la Bolsa mexicana abrió con pérdidas y el dólar se disparó hasta los 21 pesos, reflejando la incertidumbre.
No es sólo México quien resiente el impacto. Canadá también ha sido blanco de un gravamen del 25%, mientras que China enfrenta tarifas del 20%. Ottawa respondió con medidas espejo, gravando productos estadounidenses por 155 mil millones de dólares, mientras que Beijing impuso restricciones a empresas de seguridad y defensa. La Casa Blanca, sin embargo, se mantiene firme. “No hay margen para México ni para Canadá”, zanjó Trump el lunes.
El trasfondo de esta disputa va más allá de los aranceles. En el horizonte está la renegociación del TMEC, prevista para 2026, pero ya en marcha en los hechos. La incertidumbre sobre el futuro comercial de la región se suma a los desafíos en materia de seguridad y migración. Sheinbaum insistió en que el argumento del fentanilo es un pretexto sin sustento. “Cada quien debe asumir su responsabilidad”, dijo, en referencia a la crisis de opioides en Estados Unidos.
Con la llamada programada entre ambos mandatarios como la última oportunidad de distensión, Sheinbaum dejó claro que, si no hay acuerdo, México responderá con medidas espejo. “Nosotros también vamos a tener que responder”, afirmó. En el ajedrez comercial, la partida aún no está definida, pero el tablero ya muestra signos de confrontación.
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